La Vía Verde del Noroeste de la Región de Murcia revive el antiguo trazado férreo que unía la capital de la Región, Murcia, con la capital del noroeste murciano, Caravaca de la Cruz. Hoy es un largo camino natural con alma peregrina (y muchas estaciones recuperadas como albergues) lleno de contrastes: 76,8 km dan para muchos paisajes.
La ruta parte de la monumental capital murciana, se empapa con la huerta que riega el Segura y peregrina por parajes lunares o badlands siguiendo el río Mula. Tras la travesía por el desierto, ya en las tierras altas del noroeste, el ánimo se complace con los verdes pinares y almendros que enmarcan pueblos con mucho encanto, para finalmente alcanzar la meta, o el cielo, en la ciudad santa de la Vera Cruz: Caravaca.
Este Camino Natural – Vía Verde ha sido ejecutado en el marco del Programa de Caminos Naturales del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.Más Info>>
Camino natural con paisajes muy diferentes, jalonado de viaductos, túneles, puentes y estaciones
LOCALIZACIÓN
Entre Murcia (campus universitario de Espinardo) y Caravaca de la Cruz, pasando por Molina de Segura, Alguazas, Campos del Río, Allbudeite, Mula, Bullas y Cehegín
MURCIA
Longitud: 78,6 Km
Usuarios:
(Salvo algunos tramos)
Tipo de firme: Mixto (tratamiento superficial asfáltico y zahorra artificial compactada), asfalto, gravilla compactada y arena
Medio Natural:
Paisaje lunar o "badlands" y tierras de montaña con pinares y frutales. Valle del Mula y huerta del río Segura
Puedes encontrar más información sobre este apartado en la sección Espacios Naturales y Red Natura 2000 de este itinerario. Este contenido forma parte del proyecto “Vías Verdes y Red Natura 2000” que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica.
Patrimonio cultural:
Conjunto monumental de Murcia. Cascos urbanos de Mula, Bullas, Cehegín y Caravaca de la Cruz. Santuario de El Niño. Ruinas de Begastri y baños termales de Baños de Mula. 7 estaciones de ferrocarril recuperadas como albergues
Infraestructura:
Vía Verde. 9 viaductos, 1 puente metálico (sobre el río Segura) y 6 túneles
Estaciones recuperadas:
Antiguas estaciones de La Ribera de Molina, Alguazas, Campos del Río, Albudeite, Cehegín, Bullas, Mula y Caravaca de la Cruz
Cómo llegar:
Murcia: Renfe. Línea Madrid - Murcia
Murcia, Baños de Mula, Mula, El Niño de Mula, Bullas, Cehegín, Caravaca. Autobús. Empresa Costa Cálida. Línea Murcia – Caravaca
Campus de Espinardo, Ribera de Molina, Molina de Segura, Alguazas. Autobús. Empresa Latbus
Conexiones:
Murcia: 5 km hasta el inicio de la vía verde
La ruta parte de la monumental capital murciana, se empapa con la huerta que riega el Segura y peregrina por parajes lunares o “badlands” siguiendo el río Mula. Tras la travesía por el desierto, ya en las tierras altas del noroeste, el ánimo se complace con los verdes pinares y almendros que enmarcan pueblos con mucho encanto, para finalmente alcanzar la meta, o el cielo, en la ciudad santa de la Vera Cruz: Caravaca.
Km 0
La Vía Verde del Noroeste comienza en la confluencia de la avenida Pío Baroja y el anillo del Campus de Espinardo, en el extremo noroeste del casco urbano de la capital murciana, frente al instituto superior de formación profesional sanitaria Claudio Galeno, en el perímetro norte del campus universitario de Espinardo.
En el km 0, inicio de la ruta, la vía verde deja atrás la capital murciana. Primero con una moderada subida entre nuevas urbanizaciones, ocultas intermitentemente por la inmersión en trincheras de altas paredes terrosas. Luego, con un largo y curvado descenso, también prolijo en grandes trincheras, que sigue de cerca la rambla de la Ribera de Molina, por un seco y escarpado paisaje, por las escasas, pero torrenciales precipitaciones.
A la salida del primer túnel del recorrido (km 3,9), una recta galería de 200 m bien iluminada, se encuentra la estación de La Ribera de Molina, con su almacén convertido en bar. En Ribera de Molina concluye el descenso a la llana vega del río Segura. Pero sin pisar la huerta, la vía atraviesa un rosario de barriadas donde se suceden varios cruces de calles a nivel, para culminar bordeando limpiamente el casco urbano de Molina de Segura y su estación (km 7,1).
A la salida de Molina (km 7,5) se cruza a nivel la carretera N-344 gracias a un paso de cebra regulado por un semáforo con pulsador. A continuación, la vía verde, ahora con firme de gravilla, describe una larga y llana recta por la vega izquierda del río Segura. La travesía por la huerta murciana está rodeada de casillas y campos agrícolas con una gran variedad de cultivos. Un cerrado giro a la izquierda nos orienta hacia el río Segura, cuyo curso se cruza a continuación por un imponente puente metálico (km 9,1) restaurado primorosamente. Éste es uno de los vestigios más llamativos del antiguo ferrocarril. En la otra orilla (la derecha) se prodiga nuevamente la huerta murciana.
En la población de Alguazas (km 9,7) no se puede seguir la traza original del antiguo ferrocarril. No obstante, existe un complejo itinerario alternativo por el entramado urbano marcado con las indicaciones de Caminos Naturales. Pequeñas placas de fondo granate llevan a la antigua estación, recuperada hoy como albergue y cafetería, desde donde se pasa sobre las vías del ferrocarril Murcia-Albacete para continuar hacia la cuenca del río Mula en el extremo oeste de la población.
Km. 12,4
En el km 12,4, a la salida de Alguazas se recobra el trazado del ferrocarril. La vía verde, asciende por tierras blandas y blanquecinas modeladas por el hombre. El paisaje de “badlands” (tierras malas) se ha aterrazado y sembrado de frutales. Superada la depuradora de Los Rodeos (km 17) el entorno árido se torna silvestre. Iniciamos una larga travesía “lunar”. Los frutales desaparecen y la tierra desnuda domina un paisaje espartano de cárcavas, ramblas y montañas terrosas, al que la ruina de la estación de Los Rodeos (km 19,1) añade aún más severidad. A cierta distancia vemos como el rio Mula forma amplios meandros, conocidos como rodeos, con vistosas cárcavas. Una valla de madera (km 20,4) cierra el paso por la antigua casilla guardabarreras de la carretera MU-531, ahora propiedad privada, lo que obliga a rodear dicha finca. Por la cuesta de la derecha se desemboca en MU-531, se cruza el asfalto y desciende junto a la carretera hasta un puente. Tras éste una rampa, a la derecha, nos sube al terraplén de la antigua vía.
La calle del Ferrocarril, inequívoco nombre de que vamos bien, se introduce en la población de Campos del Río hasta el nuevo albergue de la antigua estación (km 22,4). El tramo de vía original posterior ha desaparecido. Para recuperarlo se ha de salir por la carretera de Albudeite y desviarse por la rampa que, a la derecha, deja a un lado el depósito de la depuradora (km 22,2). Nuevamente sobre la traza original (km 22,3), a nuestro peregrinar añadimos una nueva experiencia heredada del tren, que añade gran emoción a la travesía. Grandes viaductos levantados sobre altos arcos permiten sobrevolar profundas ramblas de paredes acarcavadas, cuyo lecho cubierto de caña y carrizo es la única pincelada verde en el paisaje. De camino a Albudeite cruzaremos los dos primeros viaductos sobre los barrancos de Gracia (km 24,6) y del Arco (km 25,5).
La vía bordea la población deAlbudeite (km 26), pasando junto a la estación, también recuperada como albergue. Tras lo que resulta ser un pequeño paréntesis de frutales, la plataforma férrea se eleva sobre la orilla izquierda del río Mula, convirtiéndose en un magnífico balcón al cauce de vistosas cárcavas. El cruce de un tercer viaducto sobre el barranco del Moro o del Carrizal (km 28,3) precede a la ruinosa estación de Baños de Mula (km 29,3). La pedanía a la que daba servicio, a un kilómetro (y cuesta abajo) de la vía verde, acoge una amplia oferta de instalaciones termales, de carácter sencillo, pero con mucho atractivo. Al poco, encontramos otro gran viaducto de 200 m. de longitud que vuela a gran altura sobre la Rambla de Perea (km 29,6).
Tras pasar bajo la autovía de Noroeste y cruzar con especial precaución la carretera comarcal C-415 -nuestra compañera de viaje durante toda la ruta-, encontraremos la estación de La Puebla de Mula (km 32). Poco más allá cruzamos por otro espectacular viaducto el río Mula (km 32,7). La basta aridez blanquecina que nos rodea contrasta con el fondo del valle, cubierto de verdes huertas avenadas por las aguas del río Mula.
En el km 34,5 llegamos a la entrada de Mula. Desde aquí la carretera C-415 ha utilizado el antiguo ferrocarril como soporte de una circunvalación. Esquivaremos el asfalto por una variante de la vía verde trazada al efecto que atraviesa el polígono industrial (¡Precaución con los cruces!). Muy cerca quedan las casas de Mula, punto ideal para un alto en el camino. En el km 39 volvemos junto a la carretera, sobre el trazado original del ferrocarril. Estamos ascendiendo hacia el Santuario de El Niño. La recuperación del trazado del ferrocarril no ha sido posible y la vía verde usa unas pistas rurales que, con algún que otro repecho, nos llevan hacia el antiguo apeadero de El Niño (km 40,5).
Km 40,5
Al llegar al km 40,5, a la altura de El Niño, comienza el recorrido a través de varios túneles (de entre 60 y 200 m. de longitud). Tras los dos primeros, el paisaje efectúa un brusco cambio: entramos en tierras pobladas por pinares, matorrales, alternados con fincas repletas de almendros y otros árboles frutales entre los que se cuelan los canales de riego del Mula. Tras dos nuevos túneles (de 200 m. y 100 m. respectivamente) se llega al apeadero de La Luz (km 45,2), pequeño albergue-refugio que precede a otro gran viaducto de ocho arcos sobre el Mula que, después de un recorrido sobre la divisoria de aguas entre el río Mula y la Rambla de Codona, nos pone a las puertas de Bullas (km 52), el punto más alto del recorrido (630 m.). Desde aquí el camino inicia un suave y continuo descenso hacia Caravaca.
En Bullas se repite el caso de Mula: la ocupación del trazado por la carretera exige una nueva variante del recorrido que, señalizada, atraviesa el casco urbano por su parte alta (hay algunas rampas). Siguiendo la señalización pasamos junto al camping La Rafa, donde encontraremos un nuevo albergue en un entorno especial dotado de servicios. Buena ocasión también para callejear por el centro monumental de Bullas y probar los caldos de sus afamadas bodegas.
Continuaremos por el cementerio, donde seguiremos una pista de tierra que, después de descender hacia la vaguada del Arroyo de Los Muleros, se dirige al paso superior de la autovía del Noroeste. Tras pasar bajo la autovía seguiremos de frente por una pista asfaltada unos 700 m., y en el km 60 un área de descanso nos revelará que ya estamos en la plataforma del ferrocarril.
Tras estas indicaciones, se llega a uno de los parajes más impresionantes del recorrido, con abruptas laderas tapizadas de pinares, en el que se encuentra los espectaculares viaductos sobre el arroyo Burete (km 66) y el río Quípar (km 68,7). Pocos metros antes de llegar a este último viaducto a la orilla de la vía se localizan las ruinas de una antigua ciudad visigoda, Deitana Begastri, antecedente de la actual Cehegín, la cual está saliendo a la luz merced a las excavaciones realizadas.
Km 70,4
Tras cruzar de nuevo la carretera C-415 (km 70) llegamos a Cehegín. Su estación, situada en el km 70,4, también ofrece la posibilidad de albergue y restaurante. Desde esta zona tenemos la oportunidad de acercarnos hacia el centro de Cehegín y visitar este conjunto histórico artístico plagado de monumentos de los siglos XV al XVIII.
En el km 72 dejamos atrás esta población. Al poco cruzaremos el último túnel de nuestra ruta (km 72,9) y el viaducto sobre el río Argos (km 73,4). Desde aquí, el camino prosigue sin ningún obstáculo hasta Caravaca de la Cruz, teniendo una entrada triunfal a la villa entre una arboleda frondosa hasta llegar a la vieja estación del ferrocarril, en el km 76,8, última parada que como cabría esperar también es hoy un nuevo albergue con una pequeña cantina.
Caravaca de la Cruz cuenta con un acceso que conecta la confluencia de los ‘Caminos de la Cruz’ y permite la entrada a la ciudad por el casco histórico, añadiéndose un tramo final a la Vía Verde del Noroeste, que finaliza justo donde estará ubicado el nuevo Centro de Acogida al Peregrino, junto al Museo de la Fiesta.
Para quien no lo sepa Caravaca de la Cruz es uno de los cinco lugares santos de la cristiandad y que cuenta con el honor de tener año santo jubilar a perpetuidad cada 7 años.
Foto: Archivo Histórico Ferroviario del Museo del Ferrocarril de Madrid (ARANGUREN CASTRO,
JAVIER).
El ferrocarril Murcia-Caravaca de la Cruz, que hoy sirve de directriz a esta Vía Verde, fue construido a expensas del Estado cuando ya las empresas privadas veían poco negocio en los ferrocarriles. El primer trazado original iba a discurrir entre las localidades de Fortuna y Caravaca de la Cruz. Pero, antes de iniciar las obras se modificó el tramo inicial con el objetivo de conectar con Alguazas y, desde esta estación, con la capital provincial, y así hacer más rentable la línea. Las obras se iniciaron finalmente en 1925, siendo un alarde especialmente en el apartado de puentes y viaductos, de los que este ferrocarril se dotó con generosidad.
Aunque las obras concluyeron en 1931, no fue sino hasta dos años después, concretamente el 28 de mayo de 1933, cuando se produjo la inauguración. Desde sus orígenes tuvo un devenir modesto, que fue ruinoso cuando creció la competencia de la carretera. En 1964 los trenes de viajeros a vapor cedieron el paso a los automotores, más económicos, rápidos y fiables. Pero esto no mejoró la situación de un ferrocarril que se veía morir día a día. Así, el 15 de abril de 1971 se suspendieron todos los servicios entre Alguazas y Caravaca, levantando al poco carriles y traviesas. No obstante, del levante de vías se salvó el tramo que unía Alguazas (punto a su vez de enlace con el ferrocarril Chinchilla-Cartagena) con la estación término de Murcia-Zaraiche, recortándose algo después hasta Espinardo. Este tramo se mantuvo abierto hasta principios de los noventa para el esporádico paso de algún tren mercante. Desde 1998 y hasta 2011 este trazado de ferrocarril se ha acondicionado en dos fases como vía verde, y algunas de sus estaciones han sido rehabilitadas como albergues, gracias a los trabajos del Ministerio de Medio Ambiente (Programa de Caminos Naturales) y del Gobierno de Murcia.
Esta Vía Verde cuenta con 8 Espacios Naturales Protegidos localizados en un radio inferior a 5 km: Los LICs Río Mula y Pliego, Sierra de Ricote-La Navela, Río Quípar y Sierra del Gavilán, y las ZEPAs Sierras de Ricote y la Navela, Lagunas de Campotejar y Sierra del Molino, Embalse del Quípar y Llanos del Cagitán (Red Natura 2000).
Este Espacio Natural posee una superficie de 829,73 hectáreas y está compuesto por dos afluentes del río Segura por su margen derecha, si bien el río Pliego vierte sus aguas primero al propio río Mula. Ambos están embalsados en su tramo medio. El río Pliego nace en la parte noroeste de Sierra Espuña y discurre casi totalmente por suelos de conglomerados, areniscas y margocalizas. El río Mula nace entre las Sierras de Burete y Lavia y discurre en sus tramos alto y medio por suelos principalmente calcáreos y en su último tramo sobre materiales margosos.
A lo largo de este territorio se pueden encontrar pequeños bosquetes de alamedas y saucedas que son muy escasos en el contexto regional, siendo mucho más abundantes los tarayales y baladrales, junto con hábitats salinos.
Hay una gran diversidad de fauna entre la que destacan especies como el galápago leproso y 8 quirópteros que utilizan el LIC como zona de campeo. También es importante destacar la presencia de avifauna asociada a los embalses de La Cierva y de Pliego.
Este contenido forma parte del proyecto "Vías Verdes y Red Natura 2000" desarrollado con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica.
Además, en el Hotel Hospedería Rural El Molino de Felipe (Mula) y en la Casa Rural El Milano (Bullas) se ofrecen rutas de senderismo, de MTB, alquiler de bicicletas y otros servicios